Agapanthus africanus (L.) Hoffmanns.
AmaryllidaceaeEl nombre Agapanthus procede de las palabras griegas agape, amor, y anthos, flor, por lo que el término viene a significar flor del amor. Proviene de Sudáfrica, de ahí la denominación popular de lirio africano, y crece fácilmente en esa región del Cabo de Buena Esperanza que los expedicionarios de la primera vuelta la mundo tuvieron que sobrepasar sin tomar tierra durante los meses de abril y mayo de 1522, capitaneados entonces por Juan Sebastián Elcano a bordo de la Victoria, en su viaje ya de regreso a la Península Ibérica.
Es interesante cómo el agapanto, a través del comercio de flores llevado a cabo por ingleses y holandeses, se ha extendido con éxito por diversas regiones del planeta como California, sur de Chile, Australia o los países de la cuenca mediterránea. Este proceso se debe, en gran parte, a que su lugar de origen, Sudáfrica, goza de condiciones climáticas muy similares a los territorios nombrados: en una clasificación global de los climas de la Tierra, todas estas regiones corresponden al llamado clima mediterráneo y, aunque se encuentran muy distantes en el espacio, parecieran formar parte del mismo continente teórico. Curiosamente, estas regiones representan solo el 2% de la superficie terrestre, y sin embargo, cuentan con un 20% de plantas endémicas. Y precisamente estas cualidades fueron las que guiaron al jardinero francés Gilles Clément para experimentar en un mismo espacio, llamado Domaine du Rayol y situado al sur de Francia, con la combinación y co-evolución de paisajes mediterráneos de diferentes continentes. Bajo conceptos como el jardín planetario o el jardín del movimiento este lugar, de un modo similar a como le ocurre al jardín del hoy ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, es un verdadero index planetaire, es decir, un auténtico repertorio de especies de diferentes y lejanos lugares del planeta reunidos en un mismo espacio.